“La gente de este tiempo es mala. Piden una señal, pero no tendrán más señal que la señal de Jonás” Lc. 11,29
Jesús es el mismo ayer hoy y siempre. Cuando somos capaces de abrirle el corazón y darle espacio en nuestra vida, él obra maravillas. A veces estamos tan acostumbrados a recibir las gracias del cielo que no valoramos los milagros cotidianos. Despertarnos, abrir los ojos, tener una jornada llena de oportunidades para crecer y hacer el bien, tener salud, una familia, alimentos y trabajo… aunque parezcan obvias, son gracias que el Señor nos concede. Aún así, buscamos cosas extraordinarias siendo que Dios siempre ha elegido lo simple y cotidiano para manifestarse. Hoy es un dia genial para abrir los ojos y reconocer en esas señales la bondad y misericordia de Dios, su providencia y su compañía. Tengamos hoy el corazón agradecido. Paz y bien!