Los hermanos capuchinos contamos con un servicio de animación vocacional que busca ayudar a los jóvenes a discernir su llamado. Son encuentros mensuales, retiros y experiencias de fraternidad a fin de conocer mejor nuestro estilo de vida. No dejes de hacer esta experiencia que puede enriquecer tu vida incluso para conocer más sobre la vocación en general. ¡Vení pues!
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El modo de vivir del franciscano-capuchino quiere ser el de una vivencia radical del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Este es el gran ideal de todo hermano capuchino “Vivir y accionar de acuerdo con el Evangelio”. San Francisco no quiso otra cosa que moldear su vida según el Evangelio, y por eso, él mismo ha sido Buena Nueva, Evangelio vivo para el mundo, ayer y hoy. Así también los hermanos buscan en la Buena Nueva del Evangelio la inspiración en su manera de ser y de hacer lo que hacen. Eso exige un contacto profundo, continuo, sencillo y abierto con el Evangelio, para que su mensaje pueda entrar por sus venas y derramarse por todo su ser.
Discernimiento vocacional: Es un período en el cual los jóvenes son acompañados por el animador vocacional para ayudarlos a hacer una elección libre, dando a Dios una respuesta personal. Tiene la duración de por lo menos un año, en los que se realizan encuentros vocacionales y retiros. Esta experiencia se realiza sin vivir aún en una casa capuchina.
Aspirantado: Es un período de un año en el cual los jóvenes son invitados a vivir con los hermanos en sus casas, tienen la posibilidad de un conocimiento más profundo de la vida franciscano-capuchina y de un mayor discernimiento vocacional. También se busca reforzar la catequesis y las materias académicas.
Postulantado: En este tiempo los jóvenes conocen mejor la forma de vida de los Capuchinos, al mismo tiempo que la fraternidad les conoce mejor a ellos y les ayuda a discernir su vocación.
Durante este período se busca formar para la fraternidad con una experiencia en todas las dimensiones: espiritualidad, estudio, trabajo, recreación e inserción en la realidad, preferentemente en los medios pobres.
Se busca ayudar al postulante a profundizar en el auto-conocimiento buscando la aceptación de sí y de la historia personal resolviendo los conflictos para tener así una capacidad más profunda de opción por este estilo de vida.
En síntesis, se puede decir que el postulantado tiene como finalidad el profundizar el discernimiento vocacional dentro de la dinámica fraterna y alcanzar un crecimiento humano y religioso integral. Puede durar de uno a dos años.
Noviciado: El noviciado es un período de iniciación de más intensa y profunda experiencia de la vida evangélica franciscano-capuchina en sus exigencias fundamentales; presupone una decisión firme y libre para abrazar y probar nuestra forma de vida religiosa (Const 31,1; CIC 646).
Esta etapa es una de las más marcantes en la vida de todo consagrado pues durante la misma se vive intensamente la exigencia carismática que deja una huella imborrable en quien la realiza. La duración del tiempo de noviciado es de un año.
Postnoviciado: Es una etapa que comienza con la profesión temporal y concluye con la profesión perpetua. En este período los hermanos progresan en una ulterior maduración y se preparan para la elección definitiva de la vida evangélica en nuestra Orden (Const 32,1).
Este es un período en el que el hermano, a quien ya llamamos así: “hermano” o “fray” encarna en su vida toda la riqueza y profunidad del carisma capuchino. Es un tiempo para lleva a cabo también los estudios de profundización teológica y pastorales.
Una vez transcurridos al menos tres años, el hermano puede pedir sus votos perpetuos y así ser un miembro con todos los derechos y obligaciones dentro de la orden capuchina.
Formación permanente: es ya la etapa que dura toda la vida, es el proceso de renovación personal y fraterno por el cual el hermano se hace capaz de vivir siempre su vocación, según el evangelio, en las situaciones concretas de cada día. Es un desafío a la conversión continua, en una adaptación a los tiempos actuales. Esta formación exige también renovación cultural y profesional.
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Somos conscientes de que es Dios quien llama y que cada persona tiene la misión de responder a dicho llamado. A su vez, el Señor dispone de instrumentos para ayudar oír su voz como así también para ayudarte a discernirla.
Como criterios comunes en la Orden Capuchina para poder recibir a los jóvenes que desean ser candidatos a nuestra vida contamos con algunos de ellos que son:
Salud física y psíquica;
Adecuada madurez, de modo especial en las áreas afectiva y relacional;
idoneidad para la convivencia fraterna;
capacidad para conciliar ideal y concreción;
flexibilidad a nivel relacional;
disponibilidad al cambio;
confianza en los formadores;
adhesión a los valores de la fe;
En cuanto a la edad estimada para solicitar el ingreso la consideración más general es que los jóvenes que tengan entre 18 y 29 años pueden ser aceptados una vez hecho el proceso de acompañamiento. Quienes estén por encima de los 29 años deberán realizar un proceso más personalizado según el parecer de quienes lo acompañen.
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame
fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento,
Señor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
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