DOMINGO DE PASCUA
“No se asusten. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el que fue crucificado. Resucitó, no está aquí” Mc 16, 1-8
Después de toda esta semana intensa como no explotar de alegría con esta noticia. Cristo Resucitó. La vida venció a la muerte. Ni la muerte es más fuerte que Dios. La sepultura está vacía. María es toda alegría, no fue defraudada. Como también no será nadie de los que en él esperan.
La resurrección de Cristo es la comprobación de: que su proyecto de amor y de servicio era correcto, y que vale la pena asumirlo; que perdonar a los demás aun cuando nos clavan es lo mejor para no cargar pesos en el corazón; que dar la otra mejilla no significa ser el perdedor; que amar y ayudar hasta a los enemigos no es ser un chiflado; que el cielo es el mejor lugar para guardar nuestros tesoros; que no necesitamos pisar en nadie para poder crecer; que lavar los pies de los demás espontáneamente no es perder la dignidad; que acoger a los pecadores y a las prostitutas no me contamina; que no juzgar o condenar a nadie no me hace un despistado; y en fin que el mal aun siendo fuerte no vencerá; pues solamente Jesús venció al mundo, y aquellos que están con él podrán participar de su victoria.
¡Felices Pascuas! Que Cristo Resucitado sea la luz de tu vida.
Un fuerte abrazo, en el amor de Cristo que nos une.
El Señor te bendiga y te guarde,
El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
Hno. Mariosvaldo Florentino, capuchino