“Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Mt 6, 10 La oración cristiana tiene una particularidad que pocos entienden: lo que pedimos a Dios es que su voluntad se realice en nuestra vida. Sin embargo, muchos cristianos piensan y desean exactamente lo contrario: quieren que Dios se adecue a la voluntad de cada uno de ellos. A veces hasta llegamos a decir: “Voy a rezar diez padrenuestros para que Dios me dé tal cosa…” y diez veces decimos que se haga tu voluntad cuando en verdad queremos que Él haga la nuestra. Pidamos al Señor que nos enseñe a orar de verdad y que nuestra oración sea para nuestra transformación, no la de Dios. Paz y bien.