“¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”. Mc 11, 9 Fue una gran fiesta la entrada de Jesús en Jerusalén. El pueblo lo aclamó como el Mesías. Pero no todos efectivamente lo recibieron en su vida. Tanto que muchos, algunos días después, estuvieron delante de Pilato pidiendo que lo crucificara. Lo mismo puede suceder hoy: muchos dicen recibir a Cristo y lo aclaman festivamente, pero ante algunas situaciones concretas lo traicionan y abandonan. Cómo es difícil permanecer fiel aun en momentos de peligros, amenazas y pruebas, pero, si la entrada de Cristo en nuestra vida no fue solo una moda pasajera, él mismo nos ayudará. Paz y bien.