“Jesús se dispuso a subir a Jerusalén”. Mt 20, 17 Muchas veces Jesús fue amenazado de muerte y encontró un modo de evadirla, pues sentía que aún no era la hora de culminar su misión. Sin embargo, en un momento dado, él sintió que su hora había llegado y que no debía huir más. Era necesario caminar resueltamente hacia Jerusalén, aun sabiendo lo que allí debería pasar. También nosotros, muchas veces sentimos en nuestro corazón que debemos tomar ciertas decisiones o afrontar ciertos problemas, aun sabiendo que la experiencia puede ser dolorosa. En la oración sincera sentimos cuál es el momento correcto; no podemos huir siempre. A veces, es mejor ponerse rojo por afrontar ciertas situaciones difíciles en un determinado momento que vivir siempre desteñido. Paz y bien.