“Ustedes hagan y cumplan todo lo que les digan los escribas y fariseos, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen”. Mt 23, 3 Jesús no acepta la vida de los escribas y fariseos, pero no desautoriza lo que enseñan. Es claro el mensaje: lo que predican está bien y se debe seguir, solo no hay que imitarles, pues son incoherentes. También nosotros tenemos la tentación de desistir de practicar el evangelio porque vemos incoherencia en algunos predicadores, pero Jesús nos pide otra cosa: verifiquen si lo que dicen es la verdad, si es lo correcto, vivan eso, aunque los que predican no les sirvan de buen ejemplo. Esto es madurez. Paz y bien.
