“Hemos tocado la flauta y no bailaron, hemos entonado cantos fúnebres y no
lloraron”. Lc 7, 32
Qué triste es nuestra vida cuando somos indiferentes a la acción de Dios en ella. El
Señor nos cubre con su ternura, nos regala sus dones, nos brinda tantas posibilidades…,
pero, muchas veces, encandilados por las cosas del mundo, no nos damos cuenta de su
presencia. Vivimos como si Él no existiera. No tenemos tiempo para Él, no Le
agradecemos, no aprovechamos las oportunidades que nos da. ¡Despertémonos! Dios
nos ama y está siempre a nuestro lado, amándonos y sirviéndonos. No puede ser que
pasemos toda nuestra existencia sin darnos cuenta de eso, sin disfrutar de Él. Paz y
bien.