“Como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación”. Lc 11, 30 Jonás fue enviado a pueblo pagano para anunciar que, a causa de sus obras malas, el Señor destruiría la ciudad en cuarenta días. Pero algo sucedió: todo el pueblo, desde los más importantes hasta los más sencillos, cambiaron de vida y vivieron los cuarenta días con una penitencia tan intensa que Dios cambió de idea y no destruyó Nínive. Es esto lo que Jesús quiere hacer también en nuestra vida: quiere denunciar nuestros pecados con la esperanza de que podamos, también nosotros, cambiar nuestras actitudes y en esta Cuaresma implorar el perdón de Dios. Paz y bien.