“Dios ha visitado a su Pueblo”. Lc 7, 16b
Ante las señales que realizaba Jesús, como las sanaciones y hasta la resurrección de
muertos, las personas simples que se encontraban con él, se sentían visitadas por Dios.
Experimentaban en él la misericordia y el amor del Padre eterno. Ciertamente, necesitan
dar un paso más en la fe y descubrir que aquel no era solo un profeta, sino el propio Hijo
de Dios encarnado, pero estaban en la estrada justa, pues sentían la presencia de Dios.
Lo mismo quiere hacer en nuestra vida Jesús. Abramos nuestro corazón pues él es el
Emmanuel, el Dios que continúa visitándonos y a realizando misericordia en nuestra
historia.
¡Paz y Bien!